¿Hasta cuándo?

Totti ya no sabe qué hacer. Ha presentado su nueva camiseta hace poco con una supermodelo para que el dt Chacal se animara a ir, pero no. Lo ha llamado desde el celular en pleno vuelo (ahora que no juega se va de modelo a las pasarelas de Milan, Londres y Madrid), pero tampoco ha contestado las llamadas. Se ha tomado fotos para un calendario para ver si Chacal compraba uno y así lo ubicaban (todos los calendarios salieron con un chip última generación, costeado obviamente por el propio Totti, el cual te ubicaba gracias a una conexion satelital), pero también fue en vano. Sin cansarse, publicó una foto a la prensa donde unas coreanas se burlan de él y le dicen Good bye, Totti, tratando de que así el Chacal se compadezca de su jugador estrella. También por gusto. Semanalmente va a los partidos de fútbol con su novia boquita de caramelo para saber si está por allí el Chacal, seguramente con gabardina y sombrero al fiel estilo de sus ídolos rockeros retro, e increparlo por qué ya no quiere jugar con él, con Totti, con el genio, con el único capaz de hacerle ganar una copa oficial, una Mimaskot Classic, pero hasta ahora no lo ha ubicado. ¿Hasta cuándo?, se pregunta Totti, con las ansias de ganar de una buena vez, víctima de los paparazzis que lo enfocan por donde va y se burlan de él, de su rostro apesadumbrado y cojudín. Pobre Totti, desde aquí, nuestras más sinceras condolencias.