Santa Cruz

Alemania. ¿Cuántas lesiones sufrió Santa Cruz en el Bayern? Muchas, interminables. Es una lástima, desde luego. Pero qué curioso que Konami, al tanto de las lesiones del paraguayo, también la haya puesto en el winning una pierna rota. Cada vez que alguien se atravió a jugar con el Bayern Munich (Tyson/Combi fueron las víctimas tres semanas consecutivas), Santa Cruz salió del campo lesionado. No aguanta ni 45 minutos. Recuerdo la exclamación de Tyson: "¡No puede ser, carajo, siempre se lesiona!", ante la imagen del paraguayo saliendo del campo y con una cruz amarilla, símbolo de lesión. "Piernita de cristal", lo llamó Combi. Pobre Santa Cruz. Me lo imagino ahora con la pierna enyesada y su playstation al frente, junto al televisor, simulando que juega en el winning 9 (es lo único que puede jugar). Pero tampoco de eso se debe salvar. Me lo imagino pidiendo a su enfermera que le encienda el play, que ponga el cd y que le traiga los desinflamatorios que herr Muller (su médico de confianza) le ha recomendado. Me lo imagino seleccionando al Bayern, poniendo a Pizarro en la banca y poniéndose a él mismo de capitán (adiós Kahn) y centrodelantero estrella (adiós McKaay). Pero me lo imagino, también, suspirando de rabia al minuto 35, porque el Santa Cruz de Konami acaba de ser fouleado y, ¡oh sorpresa!, no deja de agarrarse la pierna derecha con mucho dolor. Me imagino a Santa Cruz reputeando cuando se entera de que tienen que llevar a su delantero en ambulancia y que estará fuera del campo por lo menos 5 semanas. Y me lo imagino tocándose la frente lleno de ira y gritando en su solitaria casa de Munich: "¡Eres un huevón, carajo, ahora voy a tener que poner a Pizarro, ese maldito que siempre me viene a visitar con una sonrisa y que cada día me pregunta si me siento mejor y que me cuenta los chistes del turco Salihamidcic en los camerinos luego del entrenamiento. Que cuando lo entrevistan periodistas de su país, siempre me llama para decir a la prensa que él y yo somos grandes amigos, y que quisiera verme mejor para competir sanamente. Esta vez jugaré con diez, ¿me oíste? Ya no pienso cambiarte por Pizarro". Pobre. Santa Cruz increpando a Santa Cruz.

Japón. Cada noche, en las oficinas de Konami, en la sección destinada a Winning Eleven, siempre llega un correo electrónico desde Alemania en el que preguntan por qué, a pesar de que al delantero Santa Cruz se le edita y se le cambia la resistencia para no lesionarse de C (menor resistencia) a A (mayor), siempre al mínimo toque sale de la cancha en camilla, si no con una cruz amarilla, con una roja. El pobre hombre japonés que recibe ese correo cada día tiene que responder con la misma respuesta de siempre.

-Desconozco el motivo, señor. Pero quizá se deba a una confusión por su apellido.

QUARK