La historia secreta de Neverland

CAPITULO 1: NUESTRO PETE BEST

Pocos saben que al inicio, Neverland iba a ser conformado solo por tres jugadores: Ludo, Quark y un escritor que ahora blasfema de Neverland llamado Carlos Gallardo. La primera reunión estuvo pactada para un viernes de fines de diciembre, en medio de las fiestas. Aquel primer viernes, por casualidad, me encontré con Gallardo y su padre comprando en una librería. "Te espero en mi casa hoy, o si quieres vamos juntos" le dije, y contestó: "No creo que pueda ir, tengo que ir a una reunión familiar". Y, desde luego, jamás apareció. Al rato recibí la llamada de Ludo (que entonces era Luis Hernán, nada de Ludo, mi Ludo) quien me preguntó si podía ir también un par de amigos más: "uno de ellos es Johann Page, que creo que fue tu alumno, y el otro es un amigo de la facultad". No problem. Llegaron entonces Ludo, Quark, Page y el entonces llamado JM (aún no había sido escrita La Leyenda del Chucho). Me medí con todos (jugaba con Inglaterra) y descubrí que salvo ligeramente Ludo, los demás no estaban a mi level. Les prometí que iba a invitar a un amigo llamado "Combi". Se burlaron del nombre. ¿Cómo juega?, preguntaron. Más o menos nomás, dije riéndome para mí solo. De pronto sonó el timbre. ¿Alguien más? Sí, claro, nos habíamos olvidado que desde el principio invitamos a Alvaro Lasso, el capo de Estruendo Mudo, quien llegó con la prisa de siempre, hizo un par de bromas, se sentó en el sillón Neverlendiano y fue goleado de a 10 por todos y cada uno de los jugadores. Lasso jugaba con el Barcelona o con Brasil, lo que todos aceptamos porque necesitaba con urgencia esa ventaja (y ahora Quark dice que esos equipos son iguales a los demás, bah). Luego llegó la pizza, comió más pedazos que todos los demás y se quedó dormido en el sofá Combiano (que aún no era suyo), aferrado a su mochila llena de papeles manchados de tinta (así trata a los manuscritos ese indolente). Durante varias semanas contamos a Lasso como un jugador de Neverland esperando que regrese, y nadie se atrevía a usar al Barcelona o a comprar a los jugadores de ese equipo porque le pertenecían a Alvaro. Pero salvo una vez más, esporádica y en la que no tocó ningún mando, Lasso jamás volvió. Por dormilón, por glotón, por pésimo jugador, por inconstante, por ocupado, por lo que sea Lasso no ingresó a esa eternidad llamada NEVERLAND. Su historia es idéntica a la de Pete Beste, el Quinto Beatle, que se quedó dormido en la grabación del LP que lanzaría a la fama a los Beatles en Alemania y tuvo que ser reemplazado por el narizón Ringo Starkey.

TYSON