Combi está como nuevo

Combi volvió a la contundencia y ya no es el de hace dos semanas, como en esta imagen.

La primera vez que Combi vio un partido de fútbol virtual en un televisor de 14 pulgadas, se dirigía al Estado Nacional con el bombo del Comando Sur en manos, encabezando la multitudinaria barra aliancista por un trayecto que se había iniciado desde un pasaje sin salida en Surquillo al que lo llamaban "El matadero de las gallinas", hoy considerado Patrimonio cultural del distrito, y que debía culminar en la tribuna sur del Estadio Nacional.

Combi nunca llegó al Estadio, por supuesto, porque mientras hacía sonar el bombo y la hinchada cantaba "Olé olé olé... Queremos al negrito José", vio que en una jato dos chibolos dientones y nerds se mataban de risa frente a una tele, y en la tele un partido de fútbol virtual y en el partido de fútbol el encuentro Universitario vs Alianza Lima y en el encuentro el marcador de 6-6.

Ese día en que Alianza buscaba aminorar la racha de 12 años sin título, Combi dejó su bombo a la Alimaña (Sé tu mismo, Alimañao, yo creo en ti) y prefirió ver ese partido virtual que ya iba 8-8 y sin truega de ningún equipo.

Cuando Combi descubrió que podía ser un jugador de verdad y no el huevo frito al que le dan un bombo de 15 kilos para hacerlo sonar y cargarlo 20 kilómetros, Neverland dio su primer latido de vida.

Y ayer, muchos años después de aquel suceso, el abuelo Combi volvió a demostrar por qué es el abuelo de todos nosotros. ¿Cómo hizo para cambiar su destino en menos de dos semanas? Nadie lo sabe. Lo cierto es que ayer Combi se metió unos soberbios goles de larga distancia, técnica que él llama "La observazzione" y que hace que la bola dé una curva y se cuele en el ángulo del arco.

Parece que el tandem Tyson/Combi vuelve a su equilibrio. Por un lado, la defensa e inteligencia de Tyson y, por otro, la contundencia y explosión de Combi.

QUARK