20.1.05

Galería de Inolvidables: Taribo West

Imposible olvidar la primera vez que jugué WE4, cuando de pronto vi alzarse ante mí la figura aguerrida de un jugador con el pelo ¡verde! Parecía un payaso, una broma de los programadores de Konami, pero no, era Taribo West. Jamás ha existido en el Winning Eleven un jugador tan carismático, tan esforzado, un verdadero cerebro que lo mismo bajaba a quebrar una pierna como stopper, o se trepaba hasta el medio como volante. Y más de una vez, cuando la pelota era despejada con prisa y sin mayor fortuna por algún defensa contrario, nos encontrábamos con West que la cogía de bolea, aparecido de quién sabe dónde, y la embocaba como un milagro. No sé, quizá por el pelo verde, quizá por su velocidad y su figura espigada, pero cuando West jugaba aparecía en toda la cancha, llenaba todo el espacio con su presencia (no, no es la canción dedicada al che por el antihigiénico Pablo Milanés). Si tenía que hacer un quiebre lo hacía, si tenía que quedarse quieto y quitar el balón también. Definitivamente, West era el conductor del equipo, tanto en Nigeria como en cualquiera de sus clubs: siempre estaba de buen ánimo, empeñoso como ninguno, infatigable. Más de una vez, cuando ya daba el partido por perdido, el optimismo de West me hacía seguir insistiendo (como aquel 3-0 que convertí, gracias a él y al sudafricano Benny McCarthy, en 4-3 en los últimos 15 minutos en un memorable partido de Master Liga en el WE4). Como último hombre era imbatible (aunque en esa posición se desperdiciaban sus explosivas salidas). Durante los años de gloria del WE4 para adelante, no existía DT que no lo comprase para su equipo de Master Liga (yo lo compraba siempre primero y le daba la banda de capitán). Luego, con las últimes versiones del juego, su rendimiento fue bajando al mismo ritmo que el de su selección Nigeria (a pesar de que el jugador auténtico brillaba en el Milan y luego el Inter) y, además, le quitaron el pelo verde y le dejaron esos dos cachitos que no se podían ver desde el plano medio de la cámara. En el WE7, mientras sufría en el mediocre club alemán Kaiserslautern, Nigeria quedaba eliminada de la Copa 2002 sin ton ni son, y encima su esposa lo acusaba de que la golpeaba cada vez más y encima le daba cada día menos plata (él hasta hoy asegura que no está casado), Taribo West desapareció del juego y ahora no se le puede ver salvo que alguien lo compre en la Tienda WE8. Lástima de final para un verdadero Clásico del Winning Eleven (actualmente, West está sin club aunque quizá lo compre el Atalanta y vuelva al futbol italiano por la puerta estrecha de un club que pelea la baja). TYSON Taribo West No tenía rival en la defensa, y con su pelo verde mal pixelado en las primeras versiones se convirtió en el más carismático jugador de toda la zaga del Winning Eleven.

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