Federation International Winning Association (FIWA)

Cerca del Madison Square Garden, una amplísima pantalla cibernética nos indica que estamos frente al centro principal de la Federation International Winning Association, mundialmente conocido como FIWA. Tan pronto uno se sitúa al frente del gran local comercial, puede notar las maniobras y habilidades de un grupo de jugadores virtuales en la gigantesca pantalla: Henry, luego de regatear a Maldini y meter un gol a Casillas, da la bienvenida a los aficionados con el balón aprehendido a un lado de su cintura y con el brazo pidiendo que ingresemos. Dejando de lado las laberínticas piezas donde se encuentran los productos de Konami, y si se tiene el permiso correspondiente, uno puede adentrarse en el salón destinado al cliente, donde alrededor de mil trabajadores contestan e-mails, llamadas telefónicas y cualquier duda sobre consolas o simuladores. Es allí, desde luego, donde se concentra el mundo Winning, un colosal cuadrado con aire acondicionado, pizza y coca cola. Se contesta cualquier duda y hasta se aceptan los reclamos más extrovertidos: un universitario puede quejarse de que Ronaldinho no sonría en la nueva versión de WE y su enojo será tomado en cuenta para la próxima edición, un escritor puede exigir que el delantero Mboma forme parte al menos del equipo Camerunés a pesar de no tener equipo y los diseñadores estarán al tanto de este detalle, un director de teatro puede exigir que para la nueva versión el delantero Guerrero sea titular en el equipo Bayern München y su propuesta será también válida. Si uno se detiene a observar el arduo movimiento de los trabajadores, se cerciora de que el mundo Winning no tiene que envidiarle en nada a la ágil y exasperante Bolsa de Valores de New York. Es un bullicio arduo, perenne, colosal. Debido a esto, cada operador solo debe trabajar un máximo de seis horas porque el cansancio y el ambiente pueden causarle un síntoma de estrés agudo. Matsu Cam, un japonés radicado en los Estados Unidos desde 1995, nos confiesa lo siguiente: Yo laboro desde las 12 hasta las 6 de la tarde. Contesto todos los correos que ingresan a mi portal, luego de que un servidor los seleccione automáticamente y me los envíe a mi puesto de cómputo. Cuando se le pregunta cuál ha sido la anécdota más interesante que ha sufrido en esta labor, responde: Pues ocurrió no hace poco, para qué le miento. No sé si fue verdad pero a mí me resultó gracioso. Lo enviaba aparentemente una meretriz, esas mujeres que uno ve en las calles por la noche. Contaba que nunca antes había visto ni jugado en una consola de PS2, y que la primera vez ocurrió hacía un año, cuando fue al departamento de un cliente y este la obligó a que cogiera el mando y jugara contra la máquina. Pues la pobre mujer no sabía nada de nada y perdió por más de diez goles. El hombre, desde luego, disfrutaba libidinosamente de verla maniobrar en vano, de ser apabullada por delanteros veloces (me dijo que jugó contra un equipo latinoamericano). A partir de allí, la mujer también aprendió a disfrutar eróticamente con el PS2. Siempre lleva una consola en su coche y siempre le pide a sus clientes (empresarios, en su mayoría), que intenten jugar. Dice que no hay placer más grande que ver a un hombre perder y no saber por momentos nada de fútbol. Matsu Cam se disculpa y vuelve hacia el monitor. Cuarenta correos nuevos han ingresado a su portal y tienen que ser contestados en ochenta minutos. Al otro extremo, una multitudinaria fila de operadores telefónicos con auriculares a la oreja parlotea y escucha las respectivas consultas y quejas. Sin embargo, el tiempo de nuestro permiso ha acabado y dos morenos fortachones aparecen de pronto y nos piden caballerosamente que salgamos de ese dinámico lugar. Mientras nos sumergimos en pasillos y recovecos, uno de los guardias voltea hacia nosotros y pregunta: ¿Y ustedes juegan Winning? Los seis periodistas nos miramos unos a otros, confundidos, asombrados. ¿Nosotros?, replicamos. Luego soltamos la carcajada. KONAMI, en uno de las salas de su centro principal de labores. Una nueva era comienza en la Mimaskot, así que prepárense.