Bakhtin o La vida es un carnaval

Increíble lo ocurrido ayer en Neverland. Cual si estuviéramos en medio de La Pandilla Salvaje, uno a uno nos fuimos reuniendo alrededor del winning. El primero en llegar fue el Ludomóvil, que me esperaba con un inquieto Ludo dando vueltas alrededor del auto y libros dedicados para cada uno (en la dedicatoria a Quark confesó que admiraba cómo hacía jugar Ronaldinho, debería escanearse y colocarse esa frase en esta página como confesión de parte, relevo de prueba). Luego llegué yo, que terminé la clase unos minutos antes para estar en Neverland a las 9:30 en punto. Una vez dentro, parecía que Ludo y yo íbamos a estar solos, y con el miedo a las recaídas para recordar viejos tiempos (y el peligro de "El Puma" cantándonos al oído), nos pusimos a llamar como locos a los demás cachorros. El teléfono celular de Combi no funciona ya, dicen que por orden expresa del presidente de Claro!, antes TIM. Al de Quark llamamos y contestó su hermano con voz de malas pulgas. Y Page dijo que estaba amenazado por su profesor y tenía que hacer un texto sobre Bakhtin como sea. José Miguel, desde luego, no contestó. ¿Qué hacer ahora? ¿Fellatio? ¿otra vez? De pronto, la pandilla salvaje se reunió para evitar el desaguisado (traducción española de ANAGRAMA). Quark apareció en la puerta de mi casa, sonriente, después de comer pollo hervido y tomar gatorade. Se había escapado de su convalecencia de seis días por tomar Baileys con hielo y comer chorizo al mismo tiempo. Olía a hospital, se notaban aún la agujas del suero, estaba flaco, ojeroso y sin ilusiones: "tenía que venir como sea, en la clínica lo único que pensaba era en probar a Eto un poco más adelantado y ver si remataba de lejos como en el partido contra el Real Madrid". Lamentablemente, el enfermo pudo comprobar que debería dejar de ver ESPN y dedicarse más al winning. Luego, llamó Page con voz urgida. "Puta madre, llego en 15 minutos" Luego nos comentó que mientras trataba de leer sobre el carnaval y la vida ambivalente del chucho JM en versión Bakhtin, en lo único que podía pensar era en la cara de Ameobi moviendo su humanidad oscura por los canales de Venecia, y a Owen disfrazado de pierrot. La misma Vanessa, sabia ella, le dijo: anda a jugar winning que aquí igual no te concentras. Y él llegó y jugó unos partidillos interesantones (nótese el tono mezquino onda cafetería de letras PUCP) donde comprobó que está aprendiendo a dar pases de largas distancia (pero aún te falta, cachorro). Increíblemente, Chacaloncito JM llamó por teléfono y dijo: "¿Van a estar allá? Yo salgo de la imprenta y voy para allá?" La pregunta obvia era: ¿qué hace Chacaloncito en la imprenta? La respuesta obvia es: no sean flojos, lean el texto de Bakhtin sobre la ambivalencia del carnaval, ahí están ennumeradas todas las explicaciones a la conducta de JM. No hay que agregar que esa llamada es lo más cerca que ha estado Chacalón de llegar a Neverland en las últimas dos semanas. En la ilustración, Bakhtin hasta ahora no se explica por qué el Chacal llamó para decir que llegaba y no llegó. "Hay cosas que ni yo entiendo" dijo, prometiendo revisar íntegramente toda su obra para hallar una justificación a esa conducta (a no ser, acótó, que lo inviten a Neverland. "Les juro que yo sí voy" dijo) TYSON