Respuesta de Quark

Continúa la polémica de desaparecidos vs. cocaleros con esta incendiaria respuesta de un furibundo dt Quark Como alguna vez lo dijera ese gran poeta Homero, "por sus obras los conoceréis a ellos, oye", y me parece que ello es algo que se aplica a la situación actual del Winning. Estaba posteando yo en el sosiego y la tranquilidad de mi vivienda una estupenda cita de Haruki Murakami, extraordinario y fenomenal escritor que aún no he leído, pero que lo espero leer con suma expectación, cuando, consternado y estupefacto por la increíble noticia, he admirado desfilar cartas, misivas, epístolas y dardos envenenados que lo afrentan tenazmente a mi persona, que siempre he sido un gran pata de todos ustedes y que no lo pueden negarlo. Por algo opinó hace más de un siglo el sabio Funderburke (se pronuncia Fánder – berk, por si acaso), que vivió en Londres toda su vida, que los verdaderos amigos se conocen por los mismos ideales que tengan ellos, y yo me considero un gran amigo del Chacal, así que no lo entiendo por qué el Chacal me insulta con tanta saña, por qué me quiere zaherir mi generoso corazón de rorro. Si yo no me meto con nadie, si yo conservo la amistad de todos por encima de todo y jamás me le verán con una bandera en la mano, ni del Perú ni de ningún bando, porque siendo mi madre la literatura ello me exime de toda moral, de toda exigencia. Jamás en mi corta vida lo he querido yo al Henry, no sé por que los peroran esos infundios, por qué sus boquillas maliciosas me visten de machiguenga, de shapra, de shipibo, cuando todos lo sabemos que yo vengo de los boras, y que regentarlo una chacrita de coca nunca ha sido un pecado terrible. En fin, Chacal, espero que retires esas tus palabras, por el bien del winning, por el bien de tu querida "honestidad" y sobre todo por el esplendor de la literatura cosmopolita, que sin mí no lo sería lo mismo. Ya lo dijera el Chapulín Colorado, "de mi nobleza se lo aprovechan". A escribir se ha dicho, que el futuro no espera, y si ven una ventana por ahí, ciérrenlo cuidadosamente y regresen con rapidez y velocidad a sus escritorios de cedro, donde la obra les espera a sus plumas vertiginosas.