El escritor Maicol Tyson pensó que la privacidad de su Mac no corría riesgo alguno, pero los cachorros lograron acceder a los archivos secretos de Neverland y he aquí el documento que hallaron.
From: maicoltyson@neverland.com
To: marioprelatín@poetaciego.org.mx
Subject: cachorros asesinos!
Date: 17/08/2005, 3 a.m.
Priority: Auxilio!!!
¿Alguna vez has visto, querido Mario, el vuelo de un ave especialmente ágil que se eleva sobre la mediocridad de la literatura peruana? Era yo aquel ave. ¿Alguna vez has notado, Mario de mi vida, que la sucesión de puntos trazados sobre la década del noventa parece ser un único trazo continuo, salvo cuando dejas caer el índice sobre un punto cualquiera y el azar te lleva a señalar mi nombre, el único que destella entre las nubes? Todos los lectores tienen algo de nefelibatas. Me buscan a mí, por supuesto, y sin embargo yo los busco a "ellos", o dejo que "ellos" me busquen. Los he llamado "los cachorros". Es terrible ese nombre, ¿verdad, Mario? ¿No te miedo escuchar eso, los cachorros, no te imaginas unos seres horribles, peludos, con garras y fauces, con sarna y rabia?¿No es terrible lo que ha pasado conmigo? Antes, cuando mi larga cabellera cuidada con shampoo Sedal brillaba al sol como la cola de un bello unicornio de ébano (que ahora es de alabastro), vivía obsesionado con la frase perfecta, con rizar el rizo, con los escritores-artistas, con esos que escriben con el estómago, con las tripas, con los tobillos, con las vísceras, con la sangre, con la bilis, con la mierda (sí, a veces hay que ser grosero para alcanzar la máxima elegancia, paradojas del oficio, ¿quién entiende a la Belleza?); pero ahora, querido amigo, ¿qué me queda, qué me espera tras largos años de dedicación exclusiva a todo lo bello, es decir, a mí y a nada más? Es que nada más valía la pena. Hacer de mi apariencia de dandy rockero la más sublime de las encarnaciones literarias era el centro del mundo, el más noble de los anhelos. ¿Pero qué veo? Un muchachito desnudo, ese "wild child" que ni siquiera Truffaut querría ver en sus películas, me envía un beso robado y se escabulle tras la puerta del baño. ¿Pero qué veo? Un tipo grueso, una especie de barril de vientre ancho (oh, tan profundo y voraz como el mío, debo reconocerlo) y sonrisa pícara me saluda con un trozo de pizza (¡y con cebollas!) que luego engulle sin dejar una migaja. ¡Oh armonía perdida, siento que las náuseas me atenazan! ¿Pero cómo? ¿Alguien más? Un tipejo alto, con barba de tres días y mandíbula chueca, me guiña un ojo a lo John Barrymore y siento que algo en mí se derrite, ¡pero no!, no debo dejarme llevar por el extraño atractivo de este instruso, que tampoco es el último. ¿Quién está ahí? Un animal de ojos eléctricos de un irreal neón rojo hace un movimiento como para huir, pero vuelve a quedarse quieto. ¿Qué era? ¿Una comadreja? ¿Un hurón? Pues no; ese animal, esa bestia desconocida y salvaje es nada más y nada menos que un chacal humano, una horrenda mezcla de crítico literario y niño huérfano de mirada húmeda que implora piedad, que pide perdón por existir. ¿Sabes quiénes son, Mario? No necesito decirlo. Cualquier cosa puede esperarse de esta pandilla. Me resisto a usarla, pero creo que la palabra adecuada es "pirañitas". Han invadido mi casa, juegan con mi playstation, dejan las huellas de sus manos sucias, sucias, en las blancas páginas de mis libros, cargan al príncipe Andreas como si fuera un muñeco de juguete y comen, ¡cómo les gusta comer!, a veces es pizza, a veces pollo de "Kentócky". ¿Qué será de mí, querido? ¿Llegas a calibrar mi desesperación? Me siento como Max Von Sydow (pero guapo) en ese film (he dicho film) de Bergman donde un artista, un verdadero artista es acosado por una serie de diablillos cómicos, espectros falsamente góticos que lo buscan de noche y lo llevan a un castillo ¡ay! sin minaretes donde ¡ay! no encontrará a un Nabokov personal. Pero ¿cómo debo reaccionar, Mario, si me buscan, si dejo que me busquen, si, en el fondo (cómo me cuesta decirlo, ¡cómo me cuesta decirlo...!), ... me gusta verlos aquí? ¡Sí, me gusta, me gusta tenerlos cerca, al niñito desnudo de mechas negras, al navegante de los puertos extremos, al enfermo con cara de violador, al chacal con cerebro de cáscara de nuez! ¿Alguna vez has visto, querido Mario, el vuelo de un ave especialmente ágil que se eleva por sobre la mediocridad de la literatura peruana? Era yo aquel ave, era yo, era yo era yo era yo. ¡Mario! ¡Mario, Ricagggdo, Kaas, Combi, ayúdenme, protéjanme, átenme las manos si es preciso! Triste rinoceronte que se arrastra gozoso entre las miasmas, débil guatón pardo que no se queja de su prominente estómago, creo que he llegado al final de la historia. A la noche cien, la noche mil una, en que ya no soñé más, cuando dejé la literatura cargado de ángeles luminosos que solté apenas alcancé la oscuridad de estos días de winning.
Tu Maicol
7 comentarios:
Oh... estoy conmovido, maicol... bellas palabras... bellas todas... estás loca, como los pájaros!
page
Ya se jodieron, ahora haré un grupo con los de Matalamanga, que al menos son más guapos y con más estilo que uds... Ezio, Christopher y Leonardo (y Armando, si quiere), los invito el viernes a Neverland!
TYSON
te picaste maicol!!!
Puedo llevar mi cobra bicéfala?
E.
¿Para eso te regalo Escena de caza?
Tyson
No te molestes Tyson, para que veas que la he estado leyendo! Además, espero que me caiga el guante en cualquier momento, page ha prometido hacer una "carta de ludo". Seguro que me sacan la mierda, pero no me quejo! No hay que levantarse sospechando del mundo, a rizar el rizo, que el futuro no espera! Y por último, perdónemen todos por miz faltas de hortografía.
ludo
No te molestes Tyson, para que veas que la he estado leyendo! Además, espero que me caiga el guante en cualquier momento, page ha prometido hacer una "carta de ludo". Seguro que me sacan la mierda, pero no me quejo! No hay que levantarse sospechando del mundo, a rizar el rizo, que el futuro no espera! Y por último, perdónemen todos por miz faltas de hortografía.
ludo
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