Estaba un día Chacaloncito paseando por el tontodromo, a la altura de la cafeta de letras, cuando, de pronto, se encontró con un pequeño chucho -que al parecer se había escapado de la segunda lonchera del día de Baloo - el cual lo observaba con suma atención (léase "cachita"). - Simpático animal ¿Cuál es tu nombre? -preguntó Chacaloncito intrigado. - Me llamó Mefistófeles -dijo éste- pero tú puedes llamarme Lehmann. Así empezó una gran amistad entre los dos, basada explícitamente en las labores que Chacal debía cumplir para hacer feliz al simpático chucho: sacarlo a mear al parque; jugar frezzbe sin romperle los caninos; comprarle juguetes de plástico con chillido en forma de huesos, trozos de bistec y penes de doble callosidad; evitar que el perro se favorezca con su canilla derecha; levantar sus caquitas y sus cacazas -depende de la dosis de Mimaskot- antes de que su viejita descubra que el perro se ha cagado en medio de la sala ("¿por qué no tienes mascotas higiénicas como la quimera de tu amiguito el roto gallardo?" mamá dixit). Chacaloncito estaba feliz, una felicidad apenas ensombrecida por una inquietud: ¿acaso sería posible que su chucho se estuviera riendo de él? Todas las oscurecidas noches veía las muelas de su risa flotar por el aire, como si fuera el Gato de Cheshire pero en versión de Hideo Nakata. Un día, regresando abatido como siempre de Neverland, Chacaloncito oyó la voz del chucho: - ¿Te aburres? Cualquier provinciano viviría en Cañete o en Chimbote sin aburrirse jamás, pero cuando llega a descansar a Yalta exclama en seguida: "¡Qué aburrido! ¡Qué polvoriento!" ¡Como si viniesen de Estambul! - No jodas, Lehmann, otra vez has estado leyendo "La dama del perrito". Ya te dije que no es pornográfica. - Whatever, lo que quería preguntarte es: ¿quiéres hacer algo divertido? - Si quieres masturbarte ándate al puf. - Idiota, no se trata de eso -dijo el chucho mirando de reojo al puf- Lo que interrogo es si no quieres que te haga algún pacto oscuro para que se te cumpla un deseo. - ¿Un deseo? - Ya estás anciano y te has pasado toda la vida leyendo a escondidas El Mio Cid en el baño de la librería donde trabajas, mi querido Chacal, mientras los demás leen pornos. ¿No quieres saber lo que es la fruta prohibida de un beso con olor a flor de durazno recién cortada? Yo te lo puedo conseguir. - No gracias, la fruta me da gastritis.... pero no te molestes.... - (Pensando) ¡Qué huevón! - (Desperezándose) Bueno, creo que me voy a escuchar mi disco doble de los chistes de Felipe Carbonell para tener algo de qué hablar con mis patas en el Hi5 y luego me voy a jatear. - No, no, no me has comprendido -lo detuvo mordiéndole la basta del pantalón- Lo que trato de proponerte es: ¿no quieres hacer algo que nunca has hecho? ¿Algo así como cacharte a Margarita, la estrecha? - No conozco a ninguna Margarita. - (Desesperado) La que sea, la que quieras, o sea, tirarte a cualquiera que entre a la librería con ojos virginales y pantorrillas de denis bergkamp y tú la mires arrecho... ¿no quieres que te consiga a cualquiera de ellas por el precio módico de dos onzas de sangre marca faber castell y la posesión intrasferible de tu alma por siempre jamás? - (Ofendido) ¡Yo cuando trabajo no estoy mirando chicas, además tengo novia! - Ta´mare, ya, está bien, no he dicho nada... - Aunque... - ¿Aunque qué? - Sí hay algo que quisiera obtener. Si realmente puedes hacerlo, no es que te quiera importunar, pero sí hay algo que me gustaría mucho, mucho, más que nada en el mundo... - Por si acaso, no agrando pichulas... - ¡No es eso! - Ya, y tampoco te voy a hacer invisible. Me llegan al huevo tus cojudeces de doble agente. Hasta un Mefistófeles pulgoso como yo tiene ética. - ¡Tampoco eso! Lo que quiero, lo que REALMENTE quiero, es ganar por una, por una sola y única vez, una Copa Mimaskot... ¡Ay adorado chucho! ¡Te entrego mi alma inmortal y mi fatigada pena a cambio de ese instante de gloria! - (Pensativo) Está recontra difícil, la ludópata tú ya sabes cómo es, pero, ¡venga!, como la gente recién está empezando con el we9 quizá algo se pueda hacer... - ¡Te estaré eternamente agradecido! Lehmann ladra, da la patita, rueda a un lado, rueda al otro, se hace el muertito, levanta las orejas, mueve la cola. - ¡Listo! Está hecho. La próxima vez que vayas a Neverland verás que en el Arsenal apareceré yo con un modelito a lo manager del grupo Candela. Tú juega tranquilo nomás que nadie te meterá un gol. - ¡Gracias, cara de muela! - Sin apodos, Chacal, lo prometiste, sin apodos... - Está bien, pero ¿es verdad que a ti te dicen Laura Chozo porque...? FIN TYSON
19.8.05
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
7 comentarios:
Q BUENA, TYSON... JAJAJA TIENES QUE POSTEAR EL SEGUNDO ACTO SÍ o SÍ!!!
Ves? Sobre el chacal deberías escribir... te sale con más feeling...
¡pero si es un drama en un acto!
NO PUEDE SER MAICOL YA TE CONSAGRASTE CON ESTE TEXTO, PONLO EN TU BLOG: AUTOR DE "FAUSTO DRAMA EN UN ACTO" Y SACA ESAS OTRAS HUEVADAS QUE DESMERECEN TU GRANDEZA!!!
el chucho
jajaja! Que buena! Estoy esperando el acto segundo.
Quarkcito
pd. Creo que es la gran historia jamas contada sobre chacaloncito.
INteresante historia muy util e importante la verdad me emosiono mucho leerla gracias por compartirla con nosotros
Interesante drama muy divertido y entretenido ya que es muy importante saber sobre eso.
Excelente post muy util me gusta mucho saber sobre este tema de fausto a mi me gusta mucho saber de esto
Publicar un comentario