A Tyson querido (soneto)

El llanto del querido Tyson que Baladas compone y quejidos lanza, Dolor amargo es y espina ingrata Para el pecho amigo que por contagio Canta. No es piedad, no, y tampoco rabia Mas sincera lágrima y pena fiera Que al corazón puro del escucha embarga Y llena de sombras, llanto, tinieblas. Así que coplas del pecho amigo brotan Como grandes árboles que el viento desgrana Y como un ave nocturna llora y manifiesta Su cariño sentido que de otro dolor mana. Tyson, maestro, amigo, camarada Aquí te responde esta copla vana Que no por torpe ajena parece Sino sincera, auténtica llama. Tú que a los cachorros tu hogar abriste, Santuario de amor y dulces palabras Cubil de noches en compañía pasadas Y también madrugadas, aquellas madrugadas... Cuántos años de amables miradas Cuántos años de pollo y papitas Qué se ha hecho de tu antigua alegría Dónde las papitas, dónde las miradas... De aquel vibrar del corazón generoso De aquel candor expresado en alabanzas Nada ha quedado, nada permanece De aquel ardor Que mutuamente expresamos Como dignos acólitos de la hermosa mafia. Días y horas en clave de rosas Fuego sagrado que el hastío destierra Amigos fuimos y algo más parece Pero hoy tú lloras y sin embargo, yo sonrío. ¿Qué sonrío, digo, cuando tú lloras? Como si loco, o kémoly, o chucho yo fuera Sí, pues sonrío, aunque mentira parezca A pesar de las cosas entre nosotros pasadas A pesar de los pesares, contra viento y marea Porque sé que la rueda Otra vuelta prepara. ¿Has pensado, tú Tyson, mientras lloras, y pelos te arrancas, y la panza te sobas buscando el calor de las manos fantasmas que a tu pinga abandonan, la golpean, la maltratan que a pesar de todo, y de los duelos, y Cajamarca, hay cierta alegría que en nosotros perdura? Sí, recuerda, piensa bien Tyson de mi alma Rememora aquellas noches, aquellas madrugadas Y busca con esmero, en la noche del tormento Pues no hay razón para baladas profanas No hay razón, te digo, yo que he vivido Y sin rubor lo confieso las maravillas de tu casa. Aquella casa buena, acogedora e iluminada Que de niños se llena y de luces y de voces Aquella hermosa casa, de libros y novelas forrada Es un tierno corazón que a todos nos acoge. Piensa, por ejemplo, en aquella bestia salvaje Aquella fiera mala por los cachorros domesticada, Aquel trabajador que temprano, a las seis se levanta Chacal hirsuto le dicen, de las peñas labradas ... Piensa también en las verdes, frondosas selvas Aquella amazonia del Perú arca vasta Con sus leones, sus tigres, sus altas jirafas Piensa en la selva, y de la selva sus dones: Un pequeño Quark ha llegado a tu casa. Lonchera le dicen, y también Tonelotto Cuando goles no marca, el buen talante conserva Aunque se salga, maldita, su flaca y torcida verga, Escucha: El buen compañero Page no es pretencioso. Enorme, te visita, noche tras noche, día tras día, Y aunque llueve o truene, aunque se muera su tía En Neverland estará, enorme, y poco o muy belicoso Aquella Combi asesina que no pierde, y si pierde Chilla. En estos hombres, Tyson, y tal vez ni siquiera hombres Sino pequeños seres, aladas mariposas Que a tu vera revolotean, se desgañitan, se mancillan Reposa tu destino, tu morada, aun tu vida: Chacales sombríos que al Oscuro invocan, Pequeños salvajes de loritos vestidos, Gruesos amigos de anchos corpachones Y aquellas malditas, asesinas Combis Que llueve o truene, contra viento y marea Por Neverland pululan y a tu lado persisten Son tus amigos, tus aliados, de por vida Que juntos entonan la balada conmovida: No llores más, Tyson de mi vida, Pues si su nombre y su sombra se alejan Otras vendrán, muchas, así caras y baratas Y mientras aquí, nosotros, como rocas Hasta que un mal día te aburras y Nos botes.