5.10.05

La medianoche de JM

Estaba JM devistiéndose en su cuarto, a punto de acostarse luego de una jornada extenuante, cuando descubrió a través de la ventana un cielo oscuro con una luna azul recortada. Calculó que sería medianoche y pensó que era una buena hora, y un inmejorable escenario, para que apareciese Mefistófeles en forma de chucho y le propusiese el antiguo pacto. Se dijo que estaba dispuesto a hacerlo y cederle su alma, salvo que no sabría qué pedir a cambio. La juventud no, pues es insensata y cruel, aunque la vejez le resulta intolerable. Tampoco la inmortalidad, porque la vida es un fastidio, pese a que esa convicción tampoco mitigue la angustia que siente por la proximidad de la muerte. JM se da cuenta de que el pobre Mefistófeles no tiene nada que ofrecerle. Cuando imagina al Diablo desconcertado, irreconocible, rascándose la cabeza en medio del infierno, lanza una enorme carcajada y se mete en la cama. Y mientras su padre busca un zapato para arrojarlo contra la pared para que ceda la bulla, su mamá piensa: "qué dicha la de un hijo que ríe a carcajadas antes de dormir". TYSON PD: este cuento breve no aparecerá jamás en "Gambito de peón" porque Sumalavia se fue sin despedirse (seguro quiere volver sin que lo llamen).

4 comentarios:

neverlandiano dijo...

Tyson, el chacal está en un punto crítico, no deberíamos burlarnos de su miseria humana. No quiere darse un chance, maldita sea, ¿qué se hace en estos casos?

neverlandiano dijo...

¿a qué te refieres exactamente? Como sea, deberíamos secuestrarlo y obligarlo a ir a Neverland hasta que suelte su calzoncillo triste...

Tyson

neverlandiano dijo...

lee su blog! ya no da más el pobre muchacho.Nos necesita!

LUDO

neverlandiano dijo...

Jajaja! Yo creo que el chacal está en el fondo feliz. No sé por qué, pero está feliz. Jajaja! Ese tyson, retratando siempre con gracia al chacal.

Quark