30.5.06

La llamada que aguó la fiesta más dulce

La acción nos sitúa dos horas después de que Carles Puyol, el primer capitán del Barça, levantara la Copa de Europa en el estadio de Saint Denis de París el pasado 17 de mayo. Concretamente, en la macro fiesta que el club había organizado en el Bois de Boulogne de la capital gala para celebrar como se merecía la consecución de la segunda Copa de Europa de la historia. Mientras el vicepresidente económico del FC Barcelona, Ferran Soriano, se tomaba unas copas y celebraba con el resto de la junta directiva la consecución del preciado título, su móvil de última generación recibió una llamada. Se trataba, ni más ni menos, que de Thierry Henry. Todo estaba preparado para que el jugador francés, que fue uno de los mejores en la final, anunciara públicamente su fichaje por el Barça y dieran inicio las mudanzas que debían trasladar todas sus pertenencias y las de su familia para instalarse en la casa que ya había apalabrado en la zona del litoral del Castelldefels, muy cerca de Ronaldinho. Pero el directivo azulgrana no contaba con algo inesperado. Y es que las cosas habían cambiado sustancialmente en la cabeza del delantero francés. El Thierry Henry que hablaba al otro lado del aparato no era el mismo que antes del partido. Lo que Ferran Soriano iba a escuchar no era ni lo esperado ni lo deseado por los culés. Era algo que echaba por tierra el guión establecido. Y es que el futbolista había cambiado de opinión para quedarse en Londres y prorrogar su contrato con el Arsenal. El jugador francés estaba enfadado, triste por cómo había perdido la final y más que dispuesto a dejar escapar el tren azulgrana en el que ya había puesto pie y medio. Ferran Soriano tuvo que aguantar el tipo en una noche tan emotiva para el barcelonismo para tratar de convencer al jugador de que esa decisión la tomaba en caliente. El directivo azulgrana le quiso hacer entender que no se podía poner en juego la culminación de una carrera deportiva en el Barça con una decisión tomada en unas condiciones tan poco idóneas como esas y que se lo pensara unos días. Pero a Henry le había afectado ver el mal estado del vestuario del Arsenal tras la final. Es más, una conversación mantenida con Arsène Wenger le hizo ver las cosas de otra manera. El técnico francés, al que el jugador le debe mucho, le aseguró en el vestuario de Saint-Denis que él comandaría el proyecto del año que viene, que se haría un equipo a su medida y que el Arsenal le necesitaba para tratar de ganar la Champions League en futuras ediciones. Poco importaba haber firmado las arras de su nueva casa en Barcelona, tener preparados dos camiones de mudanzas de Londres hacia Barcelona y haber escogido el colegio de su hija pequeña. Henry había puesto la marcha atrás y apostaba por seguir jugando en el Arsenal hasta colgar las botas en el equipo ‘gunner’. Sabe que en el Emirates Stadium no tendrá que compartir cuota mediática con Ronaldinho y Eto’o y seguirá siendo el único rey del Arsenal.

Tomado de www.sports.es

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre Henry, si supiera que el viernes pasado Combi estuvo mimando a Rosicky... Henry fue un jugador de segundo plano ante Rosssssiiiiiickyyyyyy, como gritaba Combi cada vez que el checo pateaba, dribleaba, la fallaba o la metía. A mi Barça le hizo un golazo, digno de estar entre una terna para ser escogida como gol de la fecha.

Por lo demás, no me queda ninguna duda de que en estos días, aún concentrado con la selección francesa antes del incio del mundial (faltan 10 días!!!), se ha metido al sauna, se ha sentado a sentir el vapor y ha pensado qué hubiese ocurrido, ahora con la sangre fría y la adrenalina en estado mínimo, si firmaba por el Barça. Se le ha pasado por la mente la imagen de Ronaldinho (¿cuántas veces se puede jugar con otro grande?) y levantando también él la copa de la Champions por primera vez. Arrepentido o no, no me quedan dudas de que se ha imaginado esto más de una vez.