14.9.06

Los fabrican en serie

¿Ji Sung Park celebrando un gol?
No, no es Ji Sung Park con la camiseta del Manchester, y no se trata un partido por la Premier League contra el Liverpool con su camiseta alterna. Es el japonés Masakatzu Sawa, celebrando su gol contra el Colo Colo del Chile, un japonés que vino de la mano del Patón Bauza al Cristal, directo de las inferiores de River Plate, y que estos lo dejaron ir al Bolognesi sin sospechar que estaban liberando a uno de los jugadores más habilidosos y dinámicos de la liga peruana. ¿Pero qué pasa con Masakatzu Sawa? Simple. Claro que sí. Se parece a Ji Sung Park. Parece que los orientales -koreanos, chinos, nipones-, fabrican Parks como si se trataran de autos. Desde el tamaño hasta el estilo del peinado. Velocidad, entrega, dinamismo, son las mismas características que se le pueden atribuir a un equipo coreano o japonés y, por supuesto, a Sawa. Recuerdo que cuando vi por primera vez a Masakatzu, me pregunté: "¿Y este japonés de dónde salió?". Me asombró que un jugador de tierras lejanas, donde tendría mayores oportunidades de juego y de dinero, estuviese jugando en la liga peruana, con todo lo que eso implica. ¿Sawa está loco o qué? ¿Qué hace jugando en Perú? Porque calidad y proyección tiene de sobra, aunque claro, quizá los orientales ya deben estar cansados de Parksitos. Lo más seguro es que Sawa, ilusionado con jugar en Cristal, se vino al Perú. Con esa misma ilusión, mientras caminaba por Lima (esto no es Tokio, chinito), algún choro de La Victoria le habrá asaltado y robado de paso su pasaporte (pasa rápido la billetera, chino mandingo, si no quieres que te meta cuchillo como un Samurai). Y Masakatzu, bien ocioso también, hasta ahora debe estar alargando su ida a la embajada de Japón, desde que en Cristal le dijeron Sayonara, Masakatzu, y el tipo, antes de volver a su país, se fue de turismo a Tacna donde le dijeron (mientras tomaba fotos a la plaza y escuchaba los sermones heroicos de una vendedora de chicles) si no quería jugar en el Bolognesi, un equipo que recién había ascendido a primera división. Sawa no lo pensó dos veces, total, no tenía pasaporte y podía divertirse unos cuantos meses jugando fútbol, su mayor pasión. Pero el ocioso seguramente hasta ahora no vuelve a la capital (salvo para jugar contra los equipos como Boys, Cristal, Alianza o Universitario) para rehacer sus documentos. Apúrate, chino, cuidado que se te pase el tren y te nacionalizamos peruano uno de estos días, que volantes es lo que más nos falta.
QUARK

1 comentarios:

neverlandiano dijo...

Seguro vale 350 ludos, como todos los coreanos.

TYSON