Escoltado por dos corpulentos guardaespaldas, Micheal Tyson mostró un gesto de victoria antes de asistir a los tribunales para declarar sobre la mafia literaria. Fueron horas intensas y angustiantes, pero el veredicto fue unánime: Inocente; no hay mafia en el Perú. Por la noche, los makulai kulkins fueron a celebrar la victoria a espaldas de El Pollón, cuando a eso de la medianoche se unieron los miembros del jurado (comprados, desde luego), quienes llevaron a varias damas de honor y justicia (ahora se las llama así) para festejar a lo grande. Micheal Tyson, a pesar del rostro compungido y el dolor que siente por todos estos acontecimientos, demuestra que es inocente. Los dos morenos guardaespaldas estarán en la presentación de Benjamin Quark, por supuesto, cedidos por Tyson. Dicen que Quark los llevará a un "lugubre ghetto de la época de Hitler", quién sabe para qué.
6.7.05
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