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Una delegación del Chelsea con Peter Kenyon, su manager ejecutivo, a la cabeza ha cerrado en un hotel madrileño los flecos que faltaban del fichaje del brasileño Daniel Alves con el director deportivo del Sevilla, Monchi, y José María Cruz, director general de la entidad andaluza. El conjunto londinense pagará 32 millones de euros más cuatro por objetivos para hacerse con los servicios del lateral brasileño, lo que supone que Del Nido podría conseguir cerca de los cuarenta millones que pedía por el internacional brasileño.

Pero ahí no termina una operación a tres bandas que afectará a los tres equipos implicados, ya que una vez cerrada la contratación de Alves, el Real Madrid intentará atar la llegada de Arjen Robben. Una vez que los de Abramovich han hecho un fuerte desembolso por contratar al internacional brasileño, ven con mejores ojos la salida del holandés a cambio de recuperar gran parte de lo invertido en el sevillista. Tendrán que ponerse de acuerdo en la cifra del traspaso, pero el interés del jugador por recalar en Madrid y la necesidad inglesa de recuperar dinero facilitarán que la operación llegue a buen puerto.

Y la última pieza del puzzle podría ser Cicinho. El brasileño tenía todo atado para irse a la Roma, de hecho se despidió el lunes de sus compañeros, pero finalmente la operación se frenó. Hablaban del interés del Real Madrid por Alves como motivo del frenazo, pero éste pudo deberse a esta operación a tres bandas. El Real Madrid tendrá que desembolsar una buena cantidad por Robben y no vería mal ingresar parte del dinero que el Sevilla recibirá por Alves. La negociación se antoja más larga que en los otros dos casos, pero podría culminar con éxito lo que sería una auténtica jugada de billar.