20.3.07

Expedientes secretos: el caso Adriano

Adriano está agotado, dice que ya no jala y trata de explicarlo...
Declaración jurada Inter-08789-2007

Autor: Adriano

Caso: Falta de físico en los entrenamientos

Asesor: Antonello Raviole Lasagna (Doctor en Psiquiatría)

Mi nombre es Adriano, juego de delantero central en el club Inter con el número 9, nací en Brasil. Acepto que desde hace una temporada mi rendimiento no ha sido satisfactorio, habiendo dejado de meter una serie de goles que debería haberlos metido porque esa es mi función, pero en los últimos meses ese bajo rendimiento se ha visto recrudecido en especial por una falta de estado físico, falta que no solo repercute negativamente en los encuentros sino incluso en los entrenamientos. Por decirlo de modo gráfico, me siento más bestia y desarmado a la hora de correr que un tal Cuto (un jugador nacido en el Perú, creo, del que pasaron unos videos la vez pasada en el programa Bloopers futboleros). La dirigencia del club mostró su justificada preocupación y es así que fui llevado a un hospital para una revisión técnica, es decir médica, encontrando en ella que gozo de perfecto estado de salud pese a mi kilometraje. No hallando motivos fisiológicos para mi cansancio, se optó por revisar mi cabeza, convocando para ello al Doctor Antonello Raviole Lasagna, experto en psiquiatría para jugadores de fútbol y autor del libro “Motivando a los Próximos Jubilados: Cómo vender el Ferrari sin suicidarse”. Fui en mi Ferrari (actualmente en venta) a su consulta y estuvo paseando por mi inconsciente, mi consciente, mi yo y mi Super Yo (que, según una foto que me mostró, es igualito a Rosario metiendo el gol mil) sin encontrar motivos para mi debilidad física, aunque sí me sirvió para entender por qué todavía juego a la cocinita con mi nana paulista de 97 años, más conocida como Tonelota. Ante la presión del club, del entrenador y de Tonelota, decidí aceptar la propuesta de hacer una Regresión Psíquica Asistida. Pensé que iba a ver qué fui en la otra vida, pero al parecer soy nuevo en este mundo como humano, y antes fui una vaca golosa comiendo pasto o Ronaldo tirado en el grass después de perder un gol, no pude ver bien el pasado. Lo bueno de la experiencia, sin embargo, fue que al fin el Doctor pudo encontrar al fin el motivo de mi debilidad a la hora de los entrenamientos: al parecer, mientras yo creo descansar en mi habitación, en realidad no estoy reposando por culpa de una persona extranjera, cuyo nombre tiene como primera letra a la T de Tabo, quien me obliga a jugar demasiado mientras yo creo que duermo. Es decir, esa persona T. hace que yo defienda, que centre, que me dé pase, que reviente la bola, que dé cañonazos, que tape, que saque el córner y que corra a cabecear al toque. Yo tengo que hacer todo, todo, todo. Y encima, lo peor es que puedo sentir su mirada lujuriosa, su lascivia desatada cuando me dice: mi negro bello, vente para acá y cosas así, que minan mi autoestima y me hacen sentir un jugador-objeto. Lo cierto es que mientras todos, Absolutamente Todos los demás del Inter (incluyendo al toro flaco Ibrahimovich) están descansando, yo sigo jugando como si fuera el único hombre del club. Refiere el médico que si no fuera por mi excelente capacidad física de antaño, ahora estaría más chiquito y piltrafa que un quark. Ese abuso sobre mi estado físico y mental, que incluye el acoso sexual (el sujeto para mirándome el culo cuando celebro un gol, y una vez trató de pellizcármelo y solo me salvo la pantalla del TV), ha minado mis fuerzas y es la razón principal por la que no sirvo para nada, salvo para las masturbaciones mentales (y reales también, según supe por el dueño de un baño en una ciudad llamada Neverland que luego de cada viernes termina un asco) y la obtención de campeonatos truchos de ese sujeto T. y su ocasional tándem. He conversado con algunos compañeros de clubes amigos (Drogba, Van Nilstelrooy, Ameobi, Rooney, Dinho, Kuyt) y me dicen que a ellos les pasa cosas parecidas, pero nunca tanto. ¡Nunca tanto! En fin, al parecer no pudo hacer nada contra esas arremetidas y mis arterias, por ello, han empezado a agarrotarse y me estoy volviendo denso y pesado como una roca; hasta tal punto es mi desesperación que estoy a punto de aceptar la invitación de un señor que dice ser Asistente en Jefe del entrenador del Liverpool FC quien dice que tiene un puesto para mí como Lateral o hasta Back Central si sigo con el proceso de solidificación, lo que no me entusiasma mucho pero es cierto que solo así podré huir de las garras y la lengüita acosadora del llamado hombre T.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jaja. Pobre Adriano. Pronto haré una postal. Pero no sobre Invazor.

tabo dijo...

Jaja pucha, que buen post! Volvió TYSON!