Homenaje al abuelo Combi

Cuando vi por primera vez a Combi pensé que se trataba del baterista de los Zopilotes, Fernando "Chama" Roca (en imagen), que ahora creo se dedica a peleas de sumo. En esa época Combi debía estar tan gordo como para confundir bíceps por hamburguesas. Recuerdo que lo vi acompañado de una bella chica rubia que me deslumbró, y que se ha dado un par de vueltas por Neverland. Recuerdo que al ver a Combi dije "Mierda, el baterista de los Zopilotes estudia latín". Ese fue el curso en que coincidí con Combi. Chama se sentó en la primera fila, escoltando muy bien a su amiga rubia, y con una sonrisa en el rostro que me dejaba confundido, porque en el fondo Combi parecía a simple vista un pitbull que en cualquier momento te metía los dientes en la yugular. Pero sonreía. Así de miedo te daba verlo. Más allá de las clases de latín, la oportunidad que tuve de enfrentarme a Chama no fue a través de un televisor sino en un partido real. Yo por aquel entonces era cachimbo de la facultad de Humanidades, y como buen estudiante me metí como arquero para representar a mi especialidad. Después de eliminar a Geografía y Bibliotecología, teníamos que enfrentarnos en las semifinales ante Filosofía. Fue recién en ese entonces que supe qué carrera estudiaba Combi. Y así como me sorprendió verlo la primera vez, me sorprendió mucho más esta segunda. "Mierda", recuerdo que dije, "el baterista de los Zopilotes es filósofo, no puedo creerlo". Como jugador de winning y jugador real, Combi es igualito. Boquilla, busca pleito, metedor, palomilla, temerario, revanchista. Ese partido incluso tuvo mecha, pero Combi no se metió. Intentó dos veces meterme un gol, pero ninguno de sus tiros tuvo éxito. Perdimos de todas maneras dos a cero, y literatura se despidió de la copa. La tercera oportunidad que lo vi (porque a las clases de latín ya ni se aparecía) fue en Neverland. Recuerdo que Tyson dijo "Ahora van a ver, cachorros, en unas horas viene un amigo mío que la rompe, ah". Combi llegó por primera vez a Neverland un mes después de ser fundada, llegó tarde, metió su carro al garaje, saludó a la gente, y mientras esperaba que se terminara la copa se quedó jato en el sillón a rayas. Incluso creo que roncó. Quedamos en que el ganador de la liga jugaba ante Combi. Le gané a Ludo 5-4, un partido memorable, Brasil vs Argentina, y tuve que enfrentarme nuevamente, (ahora ya no en las canchas reales sino en las canches virtuales), ante Combi. Tyson lo despertó, le dijo para que nos demostrara quién era y con los párpados semicerrados hizo su formación. Su juego fue diferente en aquel entonces. Jugaba con pases ovalados y trataba de rotar el balón de banda a banda, era a leguas un jugador experimentado, curtido, sabio, y para haber sido su primer partido luego de quedarse tres horas durmiendo y roncando, muy bueno. Quedamos empates 1-1. Combi jugó con Holanda y todavía recuerdo que me empató faltando diez minutos. Suspiró al ver su gol, miró con el rabillo del ojo a todos como todavía sigue mirando cada vez que hace una genialidad, se recostó en el mueble de cojines y seguramente ansió ganarme el partido. Pero al final nos dimos la mano, a tablas, empates, sin ganador. Desde ese momento Combi volvió a Neverland, esporádicamente al comienzo, y luego no hubo quién lo pare. Tyson es el cerebro de Neverland, y Combi el alma. Neverland no es el mismo sin Combi, como también no es el mismo sin Tyson. Fuimos callados aquella primera vez que llegó, no vaya a ser que nos meta un combo por chistosos, pero luego nos dimos cuenta de la verdad. COMBI ES PURA BOQUILLA NOMÁS. Pero sobre todo un gran tipo, y he aquí mi homenaje al alma de Neverland.

QUARK