Aguerrido. Difícil. Casi imposible. Sin el niño Torres (lesionado por cuatro semanas) ni Petrov (por ocho). Así parecía ser el octavo partido por La hora azul para el Atlético de Madrid. ¿Contra quién se enfrentaba? Contra la Juve de Combi, su equipo A, top de tops, number one. Era, en el fondo, un mero compromiso. Nadie niega que los jugadores del Atlético salieron sin esperanzas. Pero hubo suerte y precisión. Con un gol de larga distancia, el Atlético se puso adelante en el marcador. Casi al término de la primera parte, Trezeguet de la Juve puso el empate. El segundo tiempo fue un forcejeo en la mitad de la cancha hasta que, en una escapada de Kezman por el medio, este logró anotar el segundo y definitivo gol, faltando diez minutos para el final. "¡La injusticia más grande del mundo!", exclamó Combi cuando el árbitro pitó el final del encuentro. Pero las estadísticas no mienten. El Atlético terminó con 54% de posesión. Sigue vivo. Respira. Al niño Torres lo llaman para saber si quisiera jugar en el Chelsea. "Que se esperen hasta la primera ronda", responde, mientras va a felicitar a sus compañeros en los camerinos. Sí se puede, Atlético!!! QUARK
12.2.06
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