Nadie lo podía creer en la madrugada del sábado, nadie. Inglaterra había sido eliminada del mundial por la España de Raúl y compañía. Sí, se veían rostros compungidos en las tribunas, lágrimas incontenibles, rabia, mucha rabia. Y es que para todos el favorito del mundial era el equipo inglés, quien había mostrado desde un comienzo un juego magnífico, dinámico, veloz; un fútbol de primer nivel. Pasó como primero en el grupo que compartía con Rumanía, Gales y Eslovenia, con 5 pts e invicto. Ganó en la segunda ronda sin contratiempos a Grecia por 2-0. El goleador del mundial, hasta ese entonces, era Rooney con 6 tantos. Inglaterra iba para campeón. Pero apareció España. Una España crecida que en antes de los 30 minutos del primer tiempo sorprendió a Inglaterra con un puntazo de Raúl al ángulo: James solo vio cómo el balón entraba sin pedir permiso. 1-0 de España y ya parecía venirse lo peor. "Nos van a arrasar", decía el dt Tyson, sorprendido por tal zapatazo desde fuera del área. Pero esa predicción fue errónea. En una jugada de dribling de Cole, el defensa Puyol cometió falta y penal. A cobrar. Era el 1-1 y así terminaba ese primer angustioso tiempo. El partido era para cualquiera. Esa primera mitad se jugó en el centro del campo; por momentos España se adueñaba del centro, por momentos Inglaterra a través de Lampard se hacía de la mitad de la cancha. Sí, Lampard. Y es que si había que elegir hasta ese entonces el mejor jugador inglés, Lampard y Rooney estarían entre los candidatos. El primero era la manija del equipo. Recuperaba balones, contenía al equipo español, repartía bola. Lampard era el eje. Y se mostró así en ese primer tiempo, mientras España iba con el marcador a favor. Lampard corriendo toda esa mitad del campo y recuperando, sacando al equipo inglés a delante hasta que vino el gol. En el segundo tiempo, el juego fue similar. Quien metía gol ganaba. Y a los 70' sucedió. Otro gol fuera del área, esquinado y esta vez por el suelo. James, nuevamente, solo atinó a ver la pelota entrar. "¡Ya perdimos!", exclamaba el dt Tyson, pero habría una última oportunidad. Rooney, quien había sufrido una lesión y le impedía jugar el partido completo, fue solicitado por el trío Page/Tyson/Quark. El dt Page le da órdenes expresas de desbordar y patear cuando pueda. Y al minuto 88', en efecto, Rooney desborda por la punta izquierda y se mide frente a frente con el arquero, patea pero Cañizares logra tirarse hacia su izquierda; la pelota queda rebotando cerca del área chica y se ve detrás cómo Cole corre junto a Puyol, cómo Cole mete el pie para patear al arco y cómo Puyol se lanza y saca el balón del empate. Era la última oportunidad para Inglaterra y no se podía. En las tribunas nadie lo podía creer. Inglaterra ya no podría empatar y solo quedaba volver a casa. Finalizado el encuentro, el dt Tyson, Page y Quark se quedaron en silencio, compungidos. Ellos tampoco lo podían creer. La Inglaterra del 25 de junio del 2005 había sido la Inglaterra del toque en primera, del desborde de los puntas, de los golazos de Rooney y Owen. Este último fue lesionado en el 3er partido por un demente defensa rumano -equipo que se jugó su pase a cuartos de final- y dejó al delantero inglés fuera de cuartos y octavos. Si Owen jugaba, dijeron luego los hinchas y la prensa, si Owen a pesar de lesionado jugaba. Si Rooney hubiese salido en rojo y no en celeste, si entraba en el primer tiempo. Era el goleador... Pero a pesar de las críticas, el trío Tyson/Page/Quark exige su revancha, y vendrá pronto. Hincha español que entró para insultar a Rooney, mientras este miraba el partido desde la banca. Quizá fue ese espectáculo -o la frase "Rooney 18 is an"...- que aminoró el gran fútbol de Inglaterra, esos desbordes veloces de Scholes y los cabezazos de Rooney que dejaban al arquero a merced del milagro de Dios. Quarkcito
26.6.05
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