¿Mi espada?

El día de ayer, en horas de la noche, se me presentó un pequeño niño disfrazado de Power Rangers en mi cuarto (para más señas, la criatura inocente se llama Andreas y el el único niño de tres años que duerme pasadas las doce de la noche) y me preguntó rabioso: ¿tus amigos han estado jugando con mi espada? Yo le respondí que no, que como cree, somos adultos, pero ¿qué ha pasado? ¿se ha perdido la espada, hijito? "Ya la encontré, pero no funcionan las luces, se han terminado las pilas". Espero que los "pequeños" juguetones de Ludo e Invazor C., que ante sus fracasos futbolísticos se dedicaron a representar su sueño dorado (tenerla del tamaño de Mandingo XXX y encima que se les ilumine) a costa de la concentración de los auténticos jugadores, lleven por lo menos un par de pilas alkalinas a Andreas antes de que éste empiece a destrozar el libro Hotel Europa, prohibido en la Biblioteca de la YMCA por fomentar la violencia y la discriminación sexual. Para que averiguen lo que hacen en Neverland el tandem Ludo/ Invazor C. con la espada, ya que no saben hacer nada con los mandos, vean estas fotos... ¡Una verguenza en gente adulta como ustedes!